ILEGAL

Unos vinieron huyendo de guerras, desolaciones o dictaduras, a otros, tal vez menos heroicos, les daban como a Vallejo duro con un palo y duro también con una soga, pero todos buscaban su trozo de futuro, su derecho a soñarse un ángel. Uno tal vez es médico, otro pudo escribir un brillante tratado sobre la inmaterialidad del ser, aquel aún conserva mil ilusiones juveniles, la vida le impidió cumplirlas poniéndole a trabajar siendo un niño. Pero todos, absolutamente todos, a la noche se sientan a la mesa y marcan rutas de viajes imaginarios en los fraudulentos mapas del mundo.