CINEGÉTICA

Con maña y rapidez realizó varios pliegues en la hoja de papel y una paloma apareció entre sus manos. Luego fueron surgiendo un tigre, un dragón y un unicornio. Aquella jungla fantástica crecía al ritmo de sus hábiles dedos. Sintió miedo de las fieras que le rodeaban. En silencio se calzó las botas y se puso un pasamontañas tejido con la lana de los sueños. Canana a la cintura, encaró la escopeta y el fogonazo, relampagueante, le despertó. El tiro había sido impecable, al pie de la cama, sobre la alfombra, yacía el Conejo Blanco de Alicia