- La sentencia del juez fue severa, le daba a elegir entre ser idiota, poeta o loco. Eligió las tres cosas y le llamaron profeta.
- El emperador ordenó su muerte. El filósofo, estoico, no pestañeó, sonrió, inclinó la cabeza y se abrió las venas. La inmortalidad brotó por ellas.
- El lector se transformó en el libro cuando leyó el conjuro de aquel viejo tratado de magia
- Era un amante tan cobarde, que cuando llegó la tormenta de pasiones abrió el paraguas para no mojarse.
PARAFRASIS DE MONTERROSO
Es frecuente no publicar, no escribir, no pensar. Pero existen
los que recorren este camino en sentido contrario: no pensar, escribir,
publicar. Y a estos les llamamos maestros.
Escultura de Liu-Xue |
FILOSOFISMAS
Hay hombres que, como los caracoles, llegan a la cima a fuerza de arrastrarse.
No acaricies demasiado una idea o se volverá una idea viciosa.
El hombre con agallas, como el pez, muere por la boca.
ESFERVESCIENCIAS
Aquel hombre llevaba una doble vida, por eso frente al espejo jugaba un póquer a cuatro manos.
En el cementerio de mi pueblo hay vieja tumba con el epitafio: "Entra sin pedir permiso". Hasta hoy ninguno hemos aceptado tan amable invitación.