Enamorado de Sylvia Plath



He seguido la huella de sus versos hasta la ciudad de Londres. He caminado sobre los mismos adoquines de Fitzroy Road que ella pisó. Me he detenido, abrazado por la niebla, frente a la puerta de su casa que tantas veces debió cruzar. He exhalado el aire que ella respiró alguna vez. Pero no me di cuenta de la intensidad de mi amor hasta que puse mi oído sobre la acera para escuchar el eco de sus pisadas y el eco repetía con terquedad sus versos:
“Morir es un arte, como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien”